RESPETARNOS | Reflexiones

RESPETAR la sabiduría que existe en nuestro interior, la sabiduría de nuestra alma que decidió encarnar en este plano, en este lugar, en esta familia, con este misterioso plan de vida que nos permite evolucionar.

RESPETAR toda esa estructura física, emocional y mental que hemos levantado a lo largo de los años para adaptarnos a las circunstancias, personas y entorno que fuimos ocupando.

RESPETAR nuestro sistema, nuestros valores y falencias, nuestras habilidades y dificultades, así como nuestros patrones, sistemas de defensa, creencias, bloqueos, limitaciones y todas esas palabras que se usan tanto últimamente, y a veces muy a la ligera.

RESPETAR nuestros tiempos y los procesos, nuestras reacciones, nuestros aciertos y retrocesos, nuestras necesidades y prioridades.

RESPETAR todo eso que constituye y se desprende de nuestra identidad, eso que somos aquí y ahora en esta Tierra, y que es producto de nuestra historia y la de nuestros antepasados. Todo eso que nos sostiene de manera perfecta y adecuada porque nos ha mantenido con vida y nos ha permitido llegar a ser lo que somos hoy.

Somos ese organismo vivo y dinámico, que existe gracias al soplo de vida divino y al impulso amoroso de nuestros padres y los que los precedieron; y que perdura gracias a la sabiduría de nuestros cuerpos que se adaptan de maneras que muchas veces rechazamos por no comprenderlas.

Nada está equivocado en nosotros. Nada de lo que nos compone hoy es digno de ser “eliminado” o “derribado”, nada de lo que somos merece que “luchemos” en su contra, que lo “ataquemos” o que lo “curemos”, porque no estamos enfermos, en todo caso, hay partes que no están en armonía con el todo.

La misma sabiduría que yace en nuestro interior, es la que nos va indicando qué aspectos estamos en condiciones de ABORDAR a cada paso, TRASCENDIÉNDOLOS a través de PROCESOS (más o menos largos, con o sin ayuda) que requieren de AUTO-RESPONSABILIDAD, para INTEGRAR los aprendizajes asociados y los recursos que hemos podido construir en el proceso.

¿Defender? ¿Luchar? ¿Curar? ¿Eliminar? ¿Vencer la oscuridad?
NO. No hay enemigos en nuestro interior. Hay un camino para evolucionar y ser cada día más puros, más completos e íntegros, más amorosos y compasivos, más equilibrados y armoniosos, más pacíficos… más humanos divinos. Pero siempre ABRAZANDO LO QUE SOMOS con amor, respeto, humildad y reverencia ante la misteriosa sabiduría de nuestro Ser Divino.