Mis pies saben de huir y también de dejar huellas.
Mis piernas saben luchar y también de sostener.
Mi cadera conoce la ira, pero también la flexibilidad.
Mi vientre acurrucado sabe que guarda placer y creación.
Mi centro estuvo desplazado, pero sabe que tiene el poder.
Mi pecho sabe de protegerse y también de expresar amor.
Mis hombros saben de cargas pesadas, pero también de soltar lo ajeno.
Mis brazos atacan y defienden, pero también se funden en abrazos.
Mis manos aprendieron a golpear y a crear hermosas obras.
Mi cuello supo cerrarse y también ser canal de transformación.
Mis labios deslizaron palabras hirientes y también bondadosas.
Mi mente me llevó hacia el caos y hacia la manifestación.
Mi columna se dobló en sumisión y se irguió para valorarme.
Mi cuerpo ya sabe… que no hay elecciones que realizar.
Luego de tanta vivencia ya no hay luchas que luchar.
Mi cuerpo ya sabe… conociendo cada extremo,
que soltando viejas cargas la salida está en el centro.
Mi cuerpo ya sabe… que con amor y libertad,
se abre un camino de equilibrio y neutralidad.