ESPACIO DEL ALMA | Conexión

Hoy te propongo que, sea lo que sea que estés haciendo, te tomes unos minutos. Que quites tu atención del reloj, de la lista de tareas y los objetivos, que dejes de pensar en el pasado o en el futuro… y te concentres en el presente. Sólo un momento.

… Y que respires. Lenta y profundamente.

… Qué observes cómo el aire hace espacio en tu interior, te nutre, te refresca y te limpia.

… Que escuches el sonido del aire saliendo por tu nariz.

… Que huelas sin prisa el aroma del café antes de tomarlo.

… Que admires el color de las flores y percibas cómo bailan con la brisa.

… Que cierres los ojos y actives tus oídos para sentir todos los sonidos.

… Que sientas la intensidad de ese dolor en la espalda que te acompaña desde hace días.

… Que observes qué despierta en vos ese recuerdo que repentinamente te trajo la mente.

… Que sientas el latido de tu corazón, el calor o los escalofríos que recorren tu piel.

… Y que respires. Lenta y profundamente.

No hay prisa, no hay nada que entender, no hay meta que alcanzar. Sólo Ser en este instante.

Si lograste hacerlo, aunque haya sido sólo por un momento, generaste un espacio. Un espacio en el cual pusiste toda la atención en lo que ocurre afuera y adentro, y en cómo eso te afecta, te impacta y te permite sentir, ya sean sensaciones “lindas” o “feas”. Generaste un espacio en el que “no hiciste nada”, pero que, sin embargo, es el comienzo de todo.

Abrir todos los días este espacio nos permite conectar con nosotros mismos y descubrir nuevas dimensiones que nos atraviesan ¡y no lo sabíamos! Es el espacio desde donde se manifiesta el alma, susurrándonos bajito la clave para sabernos completos, libres y felices.