Muchas personas en estos tiempos están sintiendo el movimiento de su chakra corazón, un movimiento que pide liberar sus bloqueos para conectar con la fuerza del Amor y de la Unidad.
Esto representa siempre un gran desafío, ya que implica mirar primero hacia adentro y tomar contacto con heridas y dolores no aceptados ni procesados, que fomentaron a lo largo de los años la desconfianza y el bloqueo de los sentimientos más puros y honestos, impulsándonos a relacionarnos desde la carencia emocional. Implica también tomar contacto con aquellas emociones que se generan al estar limitada la expresión del Amor, como son la envidia, el rencor, la amargura y la incapacidad de perdonar.
El cuarto chakra nos invita a conectar con el Amor, la fuerza que nos une, a través de la empatía, la compasión y el perdón. Pero para ello, primero nos exige alimentar estos sentimientos hacia nosotros mismos, para de esta manera estar en condiciones de expandirlos hacia los demás.
¿Cuáles son las heridas del pasado que aún duelen?
¿Quiénes son aquellas personas que todavía no hemos podido perdonar?
¿Qué acontecimientos vividos en el pasado no logramos aceptar?
¿Qué sentimientos “negativos” albergamos en el pecho y no expresamos, porque aún no los podemos admitir?
¿Cuáles son los miedos que aún no logramos trascender? ¿miedo a salir del rol de víctima, miedo a la incertidumbre, miedo a resultar heridos nuevamente?
Tomar contacto con todo esto requiere de una gran dosis de coraje, pero también de aceptación y de agradecimiento, comprendiendo que cada acontecimiento en esta vida es una oportunidad de aprendizaje sobre algún aspecto del Amor, que nos ayuda a la evolución consciente.
La fuerza de la Tierra nos está pidiendo conectar con el Amor incondicional y la Unidad, trascender los miedos y conectar con el agradecimiento, ser auténticos y compasivos, amarnos a nosotros mismos para poder así expresar ese Amor y manifestarnos abiertamente desde nuestra esencia.